Baja California, es un estado con agricultura comercial y cuenta con tres zonas agrícolas: El Valle de Mexicali, la zona Costa del Pacífico que la integran el Valle de San Quintín, San Vicente y Maneadero, y la Zona Central que comprende al Valle de la Trinidad, Ojos Negros y Valle de Guadalupe. De los valles que comprenden la zona costa del Pacífico, el de San Quintín destaca por la importancia que tiene en la producción de hortalizas y frutas para la exportación ya que cerca del 90% de los cultivos se exporta, en especial a Estados Unidos.
De hecho, el Valle de San Quintín representa un caso representativo de las tendencias actuales de trasformación del sistema agroalimentario global y de los impactos en las relaciones sociales de producción, que tienen lugar en nuestros territorios agrícolas de Baja California. Por un lado, es un enclave agroexportador representativo de las corporaciones estadounidenses en el marco del modelo agrícola Californiano, y por otro lado, constituye un área rural caracterizada por muchas trayectorias migratorias nacional. Esta dinámica de poblamiento, así como el desarrollo agrícola, con su fuerte vocación exportadora, está estrechamente vinculadas entre si y fundamen-talmente determinadas por la cercanía geográfica con los Estados Unidos.
El uso de muchas nuevas tecnologías agrarias y biotecnologías (invernaderos, agricultura bajo techo, fertiirrigación, sistemas de riego por goteo, selección varietal, etc.), ha logrado una diversificación e intensificación de los cultivos: lo que llevó a que las frutas y verduras cultivadas en invernaderos, sustituyeran progresivamente los tradicionales cultivos extensivos y de bajo valor económico.
El desarrollo de ésta particular región hortofrutícola fronteriza, tiene que ver más con la interacción con el mercado estadounidense y la expansión del mismo capital extranjero en la estructura productiva local. Esto ha hecho del Valle de San Quintín una zona muy particular en el país y lo mismo ha ocurrido con sus cultivos, al invertir ampliamente en departamento de genética para desarrolla variedades más resistentes a las enfermedades, adaptables a los cambios climáticos, con características estéticas y organolépticas preferidas por el mercado, que alcanzan temporadas extraordinariamente largas de cosecha, con mejores rendimientos y consecuentemente mayores ganancias.
Lo más interesante de estas innovaciones tecnológicas es que la agricultura de frutas y hortalizas no eliminó la mano de obra por la mecanización, sino en que se utilizaron las tecnologías de punta para incrementar los rendimientos y disminuir los riesgos. Así el valle sigue utilizando mano de obra, la que es insustituible para obtener un producto de calidad, en diversas labores, pero princi-palmente en la cosecha, así que, no solo los jornaleros migrantes han ido desapareciendo, sino que su número ha aumentado notablemente, lo que ha hecho que esta zona productiva llegue a ser lo que hoy conocemos en Baja California como “El Municipio de San Quintín”.
Felicidades Sanquintinenses por sus grandes logros, en lo tecnológico, económico, social y político.
Autores: Doc. Isaí Pacheco Ruiz y Biol. Lenin Escobar Pérez
